Cómo mejorar el sueño en la tercera edad
Cuando llega la jubilación, cambian los horarios, los hábitos y, a veces, también el descanso. Es común que el sueño se vuelva más ligero, que cueste conciliarlo o que aparezcan despertares nocturnos. Pero dormir bien sigue siendo posible: solo necesitas conocer algunos ajustes sencillos que te ayudarán a recuperar un descanso reparador.

Por qué cambia el sueño con la edad
Con el paso de los años, el cuerpo produce menos melatonina, la hormona que regula el sueño. Además, las fases de descanso profundo se reducen y pueden aparecer molestias físicas, ruidos o nuevos hábitos que interrumpen el descanso.
La jubilación también suele implicar menos actividad diaria o cambios en el ritmo de vida, y eso puede alterar el “reloj interno” del cuerpo. Mantener una rutina estable es clave para recuperar el equilibrio.
Hábitos para dormir mejor
Todo siempre es mejorable, por eso te recomendamos algunos hábitos que sin duda te harán conciliar mejor el sueño cada noche.
Mantén horarios regulares
Acostarte y levantarte a la misma hora cada día ayuda a que tu cuerpo se acostumbre a un ritmo estable. Incluso los fines de semana, intenta mantener una rutina similar para no desajustar tu descanso.
Crea un entorno cómodo para dormir
El dormitorio debe ser un lugar tranquilo y acogedor. Procura que esté oscuro, sin ruidos y a una temperatura agradable (entre 18 y 20 °C). Evita usar el móvil o ver televisión justo antes de dormir, ya que las pantallas pueden alterar el sueño.
Controla las siestas y las comidas
Las siestas largas pueden hacer que por la noche tengas menos sueño. Intenta que no duren más de 30 minutos. También conviene evitar cenas muy copiosas o comidas pesadas justo antes de acostarte.
Haz ejercicio suave cada día
Caminar, nadar o hacer estiramientos suaves durante el día ayuda a dormir mejor por la noche. La actividad física mejora el ánimo, reduce la ansiedad y favorece un sueño más profundo.
Relaja tu mente antes de dormir
Dedica unos minutos a leer, escuchar música tranquila o practicar respiraciones profundas. Evita pensar en preocupaciones o tareas pendientes justo antes de acostarte: el cerebro necesita desconectar para poder descansar.
Cuándo consultar con un profesional
Si pese a seguir buenos hábitos sigues teniendo problemas para dormir, te despiertas muchas veces o te sientes cansado durante el día, puede haber un trastorno del sueño o un efecto secundario de algún medicamento. En esos casos, es recomendable hablar con tu médico. A veces bastan pequeños cambios en el tratamiento o en las rutinas para recuperar el descanso.
Dormir bien para vivir mejor
Dormir bien no es solo descansar: mejora la memoria, el ánimo y la salud en general. Un buen descanso ayuda a mantener la energía, el equilibrio emocional y la vitalidad para disfrutar plenamente de la jubilación.
Cuidar tu sueño es cuidar de ti mismo. Con un poco de constancia y estos hábitos sencillos, cada noche puede convertirse en un regalo de bienestar.




